sábado, 25 de abril de 2009

colaboraciones / poemas de Pablo Queralt


Pablo Queralt (Buenos Aires, Argentina) seguidor de nuestras disidencias arbitrarias, colabora con nosotros y nos remite a la redacción la selección de poemas que a continuación colgamos, pertenecientes a su más reciente libro Late.

Los dejamos con su poesía.


***
Hundirse en las nubes más hermosas carecer de gravedad
hasta atrapar el vacío en las manos de papel de un tiempo
perdido en las estaciones de un tren sublunar corriendo de
atrás
hasta tocar con la punta de los dedos del sol la alegría en la
niebla del hombre que espera el embarque de la sangre
y el vino, tu cuerpo.


***
Comprendimos todo al quedarnos despiertos en la canción
del sol en su mueca de mujer vencida
alguien que piensa que se burlan de él puede sentirse
amado,
vivir entre mentiras amar como aman
bandas de cenizas y gracia.


***
Y en el sueño de abejas vivir la copia de un universo
de aguas claras y azules y al perderlo latir en otro siguiendo
el ensayo del color la ruta donde las palabras encuentren sus
propios espacios, pastoreen.


***
El vuelo de las golondrinas entra en el ojo en el hueco
del silencio interrumpido en la casa dibujada al abrir
las ventanas que la fatiga reinventa.


***
Nos vestiremos de época a recorrer la ciudad medieval
y la rosa de plata te será entregada en música del canon
no valdrá ya la pena la foto que se amarilleara en los
estantes y el recuerdo perderá su encanto al bailar en su luz
azul y los labios rosados y turgentes rebosantes de besos
y la luna y los árboles en el canto de los dobermans también
olvidarás, como un invento sacado de un manual de otro
esplendor.


***
En ese asilo un hombre perdido olvidado en la niebla del tiempo
espera un golpe de luz cansado de mirar para dejar de mirar a los
que pasan, traspasa el umbral de la transparencia.


***
Y en ese instante lila entrás al vuelo de los pájaros en esa costa
sin saber cuál dirección tomar en un tiempo nuevo y repentino
y las risas flotando en el bote y las voces al ritmo del agua y la sal
sin saber qué decían al borde de la vida de las flores floreciendo todo
el año esa pequeña vida,
fui muy lejos volví a mis hilos años y años de ira que había dejado
colgados fuera de esa masa de belleza y vejez.


***
Los días cambian, lenguas raras balbuceo entre crepitar de hojas pisadas
al oído de la siesta disponen el trance hacia las palabras en una intensidad
mayor al del abismo
del agujero.


***
Oscuro pero igual bajás por tu sed, en la luz rota rápidamente
avanzando en la coreografía del día de trabajo aceptás la calavera
sin pensar, captás el sonido
de la vida, de la disolución.


***
No lo entiendo como algo divisorio amo su luz y su sombra

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