martes, 29 de junio de 2010

Bernardo Farrera Vázquez




bio-bibliografía

Poeta de formación autodidacta. En el año 2001 cursó el Seminario de Poética impartido por el poeta y ensayista Gustavo Ruiz Pascacio. Obtuvo el segundo lugar en el Premio Estatal de Poesía Juan Bañuelos 2003 (Juegos Florales San Marcos Tuxtla) y el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América 2004 —categoría estudiantil— con el poemario Los istmos de Eros (UABJO, 2004). Fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico (Coneculta-Chiapas) en el área de poesía en 2005. Actualmente estudia la licenciatura de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Chiapas.

poética

Hablar de poética es hablar de una zona oscura y silenciosa o blanca y ruidosa, que después de tanto hablar y callar, de hablar y volver a callar, definimos como poética. Los primeros versos, si somos exigentes, no son tales, algún intento, de Nervo, de Neruda, de Sabines. El primer asomo de poesía como en todo ser humano es el asombro del mundo. A quien en verdad es poeta, este asombro debe sobrevivirle hasta la muerte. Después viene el descubrimiento de la magia del lenguaje, las nuevas formas que, si son nuevas, pronto arraigarán y se convertirán en un lugar común. Para escribir poesía es necesario tener necesidad, quien no necesita escribir poesía pierde el tiempo. ¿Necesidad de qué? Se preguntarán muchos, pues tampoco lo sé, por eso escribo poesía. Quizá este pequeño poema logre arañar lo que no he podido decir:

........................Qué digo
.................Por qué digo lo que digo
De dónde viene lo que digo
..................No sé
..................Sin embargo estas palabras son como
Después de la noche un sol
Habiendo atravesado un pantano tierra firme
Una caña de pescar salvando del naufragio al pescador.



poemas

Las páginas no sirven.
La poesía no cambia
sino la forma de una página, la emoción,
una meditación ya tan gastada.
Pero en concreto, señores nada cambia.
En concreto, cristianos,
no cambia una cruz a nuevos montes,
no arranca alemanes,
la vergüenza de un tiempo y de su crisis,
no le quita, marxistas,
el pan de la boca al millonario.
La poesía no hace nada.
Y yo escribo estas páginas sabiéndolo.

Marco Antonio Campos, Declaración de inicio.





Huellas

Estas palabras vienen a ser algo así como manchas de moscas sobre un mantel blanco, o unas gotas de café desparramadas por una mano temblorosa después de un insomnio, o unas gotas sin llegar a lluvia. Otros con la ayuda de Hermann Rorschach verán monstruosidades; no se equivocarán porque no soy el autor sino ellos quienes se leen en estas palabras.


Calendario

El mismo día
(el mismo acento en la misma palabra)
a punto de desprenderse.
El calendario el mismo
colgado de la eterna misma pared ceniza.
La escena la misma,
las sombras entrando en multitudes
al encenderse el mismo quinqué
a la hora misma.

Dolorosamente se ha desprendido el día
y yo, no soy el mismo.


Retruécano

Asar los vocablos
.................................hasta sacarles todo el jugo.
Izar el velamen de los sonidos
.....................................................a los cuatro vientos.
Osar es necesario
................................frente al níveo acantilado.
Usar la hojarasca
................................del alto sauce danzante.
¡Uy! y el Azar
..........................gobierne ordenadamente.


Epigrama
(Variación a un fragmento de Safo)


Tanta era la belleza de ese fruto tan alto
que nadie osaba tocarlo.
Era para la pura contemplación.

Después
de haber transcurrido polvo
se volvió magro áspero y sucio,
y aún así, acudían como enjambre las miradas…
................................................................................de las moscas.



El traje

¿Las cosas hablan
por sí solas, dicen
lo que nosotros no?
¿Este saco tendido es acaso parte del Gerente o sin él ya no es más
que un demente?¿Débil o libre este raído dibujo abre los brazos,
abraza el aire? Sin rostro, sin corazón
colgado de un alambre cual equilibrista,
siente porque no tiene cabeza.¿Sus
pensamientos son ese enjambre revoloteando
sobre él o son los buitres desde lo alto; tal vez
pensará esas nubes o esos árboles? Sin viento agita
desesperado sus brazos…alguien viene por él,
oh Rimbaud su yo es otro.


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