miércoles, 5 de marzo de 2008

Marco Morova



Bio-bibliografía

Tonalá, 1985. Es licenciado en educación secundaria, por la Escuela Normal Superior de Chiapas. Cursó un diplomado en cine continuo, auspiciado por CONECULTA-Chiapas y un curso-taller en teatro de calle. Poemas suyos aparecen en Poética arbitraria. Antología Arbitraria de poetas jóvenes de Chiapas y en la muestra de poesía chiapaneca de poetas nacidos en la década de los 80, publicada en la revista Alforja. Forma parte del libro colectivo Voces que maduran en su caída, compilación poética producto del taller de poesía impartido por Mario Nandayapa. Actualmente ejerce como profesor de telesecundaria, en una comunidad de la sierra chiapaneca.


Poética

Botella al mar (esto no es una poética sino diversas opiniones al respecto)

1.- Aspiro a escribir poemas vitales. Una poesía despojada de artificios. Una poética sin poses literarias ni malabarismos pretensiosos.

2.- La poesía no puede, lo pretenda o no, ser la realidad. Cada poema encarna su propia lógica, se rige por sus propias leyes estéticas y sus propios mecanismos morales.

3.- Tenemos que admitir la inutilidad de la poesía; pero es precisamente el hecho de que no sirve para nada donde radica su auténtico valor. Escribir poesía en estos tiempos es, lo que Gide llamaría un acto gratuito: un acto desinteresado, que al no tener ninguna pretensión; nos hace verdaderos hombres libres.

4.- Pero escribir poesía no sólo significa libertad sino que encierra otra metáfora. En un mundo donde nadie hace nada por nada, en una sociedad que nos enseña que lo único importante en la vida es poseer, escribir poesía viene a ser un auténtico acto de desprendimiento, de rebelión, de salvación.

5.- Escribir poesía después de Auschwitz podría parecer absurdo, pero es todo lo contrario. Es una forma de decir que no estamos derrotados, que pese a todo, aún seguimos teniendo fe en la vida.

6.- Las poéticas explícitas son absolutamente prescindibles. No hay mejor carta de presentación que el poema mismo.

7.-La Poesía o Musa es una mujer que te enseña los senos pero jamás deja que se los toques. Todo poema es una botella echada al mar.


Poemas

Apuntes dispersos de un escriba improbable

[Hálito triste, mercenario del olvido, confitería próxima al llanto. las lágrimas del poeta se escurren como delgadas líneas de sangre por los surcos de su vejez prematura. viejo poeta joven, melancólico titiritero de palabras soeces, carabinero de la nostalgia, borrachín sin alcohol, benéfico demonio]


*
ESCRIBO POR IMPOTENCIA, porque soy incapaz de lanzarme al vacío y cabalgar desnudo abrigado en las llamas y sembrar grandes gritos de muerte en plena plaza pública.


*
NO BUSQUES EL AMOR DENTRO DE LOS ESCOMBROS. no hay sangre en la superficie: sólo tierra. si quieres hallar algo muerde hasta los tuétanos.


*
SI PARTES ESTOS VERSOS HALLARÁS A LA MUERTE: conocerás su rostro más horrendo, que es el más bello. su cara más profunda la hallarás en el corazón de este silencio.

escucha:


*
EL ORÁCULO DICE QUE SON VÍRGENES MIS MANOS [que nada han dado al mundo]. no quiero dar piedras preciosas. quiero versos sangrientos como cuchillos de carnicero. Versos más estruendosos que el tráfico de la tarde. lanzas de fuego arrojadas al corazón de todos y de nadie.


*
SI LA POESÍA HA DE SER, un conjunto de diamantes engarzados, me declaro en contra de la poesía. la poesía es, siempre ha sido, una verdad terrible. un estornudo capaz de partir el universo. el lento aliento enorme de ese ser que al soñarnos nos traga.


Al viejo Beckett se le olvidan las palabras

no soy más que un viejo al que se le han olvidado todas sus palabras.
un mimo que ha perdido todos sus gestos.
en el rincón en el aire en la oscuridad:
fabrico tantos tontos poemas como mi inútil mano puede.
ah la excentricidad la caricia divina de la palabra perfecta / fresca,
el olor a cartón de las oficinas,
donde una rubia secretaria cruza sus piernas mientras responde a tu saludo.
ah balbucear ese dulce excremento con sabor a chicle:
yo sabría decirte que te quiero
que moriré pensando en ti pensando
en las estrellas tutelares / en el dactílico toque de un crustáceo crispándose.
no soy más que este viejo incoherente:
incapaz de decir con certeza sus sentimientos de antemano
una vaca parlando sus raras avestruces
diciendo cosas tan absurdas
como la vieja maestra que nos dio clases en prepa
¡ah porquería la vida!
tan “grande” –lo digo con sarcasmo y con tristeza-
es la literatura que yo sólo pretendí
reducirla a un berrido
hacer de ella sólo
una puta cogida por todas sus oquedades
y destruirla destruirla destruirla
ah pero tantos se empeñan
necia tonta absurdamente
en seguir construyendo esa torre de marfil ultratanática
ah putísima necedad si yo sólo quería
con unas cuantas gotas en el papel rodando
decir “no vale más la pena, no te esfuerces”
porque pujar, gemir, hablar idiotamente
es el fatal extremo de la cuerda sostenida
por un oscuro ente que te dice: ¡YA BASTA!*


. . . . . . . . . . . . .
*imagino que la poesía / vida es eso: tres seres jugando a la cuerda; de un extremo está dios, del otro el diablo (ambos muriéndose de risa) y en medio el escritor / hombre saltando como un estúpido, ETERNAMENTE.


Instrucciones para mitigar el embrujo de las musas

Adminístrese claras dosis
de anfetaminas y versos mortales,
déjese dominar por el absurdo,
si algo sube lentamente por su cuello,
no se sorprenda : es la musa,
que lo ha escogido despiadadamente
y ahora lo coge por el brazo
como a un débil muñeco de peluche;
no desespere ni se espante,
vano será cuanto haga
por tratar de liberarse;
“la musa”, créalo o no,
es una especie de demonio,
que bebe de su sangre y con su aguda garra
–puesta sobre su vena temblorosa-
mide el miedo;
en estos casos, lo conveniente,
es dejarse arrastrar:
controle y mitigue
sus nervios quebradizos
de colegiala virgen,
disipe toda angustia y cuando sienta
que un hervor en su sangre se reúne
y en sus manos una fuerza indescriptible se concentra,
no grite, ni se alarme,
congregue toda su energía
y haga estallar la maquinaria escritural,
¡Escriba! ¡Escriba! ¡Escriba!
no se detenga,
aunque sienta morirse,
¡Desángrense, desángrese!
hasta que un impulso trueque de pronto sus sentidos
y sienta un duro tope de estupor
de espuma y de ceniza
y vea que la sangre
-como un sapo escarlata-
le salta por la boca.


Plazas comerciales

Cajas chinas : ciudades dentro de otras ciudades. Aunque no los conozcas sabrías lo que cada uno hace : siguen con exacto rigor los patrones de una fórmula matemática (ecuación lineal cuya incógnita conoces de antemano). Uno entre la multitud no es más que otra pieza. Un trozo más de la maquinaria sin nombre, inane y pululante, que vaga sobre el mármol.

4 comentarios:

Tonalli: Casa del Sur dijo...

Me gusta cómo escribes, nunca te había leído ni te conozco, felicidades!

René Morales dijo...

Hola:

Está muy bien lo que escribes y de verdad es un placer ver los logros del oficio, en realidad conforme a lo de tu poética no estoy de acuerdo pero tengo que reconocer que está muy bien e incluso creo que de manera sistemática es perfecta.

Lo tuyo hermano sin duda son los poemas cortos.

un abrazo creo haberte visto un par de veces pero sin duda no te acuerdas de mi.

De todos modos otro abrazo y feicidades.

Fernando Trejo dijo...

Mi estimado Marco, hace años no lo veo en vivo y en directo, pero leerlo es de verdad una sensaciòn gratificante. Admiro el poema a Beckett, creo que has encontrado el camino, ojalà sigas escribiendo asì o mejorar si es que tiene mejora porque para mì usted es una pieza ya fundamental en mi pinche imaginaciòn y queda usted enterado que forma parte de mi colecciòn de poetas preferidos, asì de mampo como se escucha, asì merito.
Saludos mi hermano.
Fer.

La vida de los otros dijo...

Mmm, no sé, yo no diría que Beckett pensara así. Más bien me recordó a lo que haría un Enrique Lihn "primerizo". No me gustan los títulos de los dos primeros poemas, pero el último (no me refiero al título), creo yo, es sobradamente bueno. También me gustó (aunque no todo), por cierto, lo que incluiste en Voces que maduran...; además he escuchado comentarios elogiosos sobre ti.

Dice Fabián que chance te des una vuelta ¿mañana? por acá. Por si no te veo (no estoy seguro de poder ir), un saludo.

¡Arriba la mampería!

Artes poéticas

Revista La Otra