miércoles, 8 de octubre de 2008

Marco Antonio Castañeda


[sobre el autor]

(México, D.F.; 1981). Licenciado en Lengua y Literatura Hispanoamericana por la UNACH.


[poética]

El poeta no descansa:
el tiempo lo desgasta
para probar que existe
.


FRANCISCO HERNÁNDEZ


La poesía es de una condición secreta con la vida. Una aventura. Algo que esta muy dentro de uno. Yo, en algún momento pensaba que la poesía sólo era de una condición sublime, pero ésta, curiosamente es algo inherente a nosotros mismos por medio del recorrer diario por el mundo nombrando cosas, tomar el transporte, ir desayunar al lugar acostumbrado y encontrarlo cerrado, etc. La poesía es una búsqueda por la existencia, de vivir por medio de la palabra, de andar un mundo a parte en busca de esa cosa trivial, cotidiana, encarnada con nuestra existencia. La poesía para el poeta, es pues, reflexión sobre el mundo a partir de un cúmulo de experiencias.


[selección poética]

CON LA CARNE ROTA, con los brazos roídos de tanta oscuridad,
voy lanzando esquirlas serpentinas
a la esférica superficie,
con el pensamiento leído,
con mi gesto en pie en la batalla
digo tu nombre aduraznado en mi sopor.
Así te observo, noche, desde mi caverna llena de inmensidad.

Fundidos ya los vocablos de mi risa, recojo tu paisaje
en la retina,
en un balcón más barroco cual morada nocturna en lo profundo
del estanque que tañe lleno de estrellas como de lumbre
como de furia,
en la sesga de la historia que da la mirada.
A caballo heráldico lleno de sueños
y con mi boca llena de palabras
he de nombrar tu más mínima señal
como nombro al mundo, en esta noche navegable.
Detrás de mis pestañas filamentosas.


El metro

El Metro, ya sabes,
la noche rápida y fulgente,

FRANCISCO UMBRAL


El metro, entre sus aceros,
edifica el primer muro
ordena nuestros lienzos que
sirven para separar nuestras raudas dimensiones, entre sus prisas.


Un bloque de silencio entre tú y yo, una barra de silencio en torno de la cual saltaban las conversaciones intermitentes y desdentadas del Metro...


Cuando uno viaja en metro
Uno recuerda.
La impresión de un trazo antiguo
Entre la calle y nuestra vida íntima
Que toma los días y los cambia
por un perfil luminoso de una felicidad extraña.


Todo un panel de ciudad, todo un mural de caras en el vagón,
humanidad al temple, color bombilla, y la catástrofe rauda del Metro,
su torpeza de hierros contra hierros…



Cuando uno anda en metro,
todo un panel de ciudad alumbra el rostro
y uno ve la realidad del mundo,
tardío,
desceñido del manto de la carne que nos rige,
que olvida los muros acrisolados
al ver esas estaciones que desbordan
el olvido.


***

La mañana es la tarde de otro sitio.
La noche el amanecer de las antípodas.
El “no” el “sí” de otra parte.


RAFAEL COURTISIE


CLARO, todo más claro
u otro sitio
todo más claro
la calle vacía
su segunda ronda,
la calle, toda, su eterna superficie
toda, la calle, adepta a nuevas formas
a sus rocas,
sus formas distintas a muebles extraños
sus vientos
de una euforia perdida
sus envolturas, sus trajes, su superficie.
Toda sola, la ciudad vacía
A su callado ciego
Que lame la noche con misterio
De una pareja olvidada por la máscara
donde no se oye nada y todo se oye.


***

YA NO CORAZÓN de perla.
Dejar de decir su nombre,
que persiste como cólera secreta
en el vaso de cristal que me contiene,
sediento
en profunda espera
en esta gota de noche sobre mis recuerdos
de tanto vacío de nombrarla
de tanto soportar como navegantey arder mis recuerdos
como luna de altamar en naufragio
con motivos de brillar
donde hay que soñar el mundo
al ser perdido barco de altamar.
Entre mi en desusada lámpara que intenta ocultar la noche
y la embrollada memoria
relata el mar sus fauces su inmensidad,
cual resplandor nocturno
me incendia la palabra
en busca de todo secreto
para resurgir e inventar una histórica travesía
en esta nota que escribo,
cual más placido fervor
que todavía insisten mis manos el trazarla.
En esta noche tan líquida que se va
en que abro mis ojos y le observo.

Artes poéticas

Revista La Otra