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miércoles, 1 de julio de 2009

entrevistas / Caracol de la palabra: Roberto Chanona



Viaje a los últimos refugios del alma

.................Por: Enrique Hidalgo Mellanes

Gran conversador, desenfadado en sus expresiones y a la vez riguroso en las citas, nombres y datos que va soltando en la plática, Roberto Chanona, poeta, investigador y editor, recibe al equipo de la revista oficial de la Representación del Gobierno del Estado de Chiapas en el distrito Federal, Chiapas en el DF (mayo-junio de 2009, no. 77) en las oficinas de su empresa editorial en Tuxtla Gutiérrez.

La poesía, su gran pasión, es el centro de la entrevista. Pero se van agregando temas: su formación en Francia, su interés en la historia del arte, los libros de su autoría que está por publicar, los viajes con amigos a los rincones de Chiapas.

Aunque ha tenido un gran paréntesis en la publicación de su obra poética, en los últimos años ha sacado a la luz los libros Pintura y escultura de Chiapas 1545-2000 y Tuchtlán, guía cultural de la ciudad, dedicada a Tuxtla Gutiérrez, así como diversas colaboraciones sobre la historia del arte, poesía y cultura de Chiapas, México y el mundo, en el semanario San Lunes de Chiapas, que dirige junto con su esposa Sonia de la Rosa.

En esa publicación ha logrado reunir como colaboradores a reconocidos miembros del ámbito cultural de Chiapas, como Efraín Bartolomé, Federico Álvarez del Toro, Enoch Cancino, María Auxilio Ballinas y Robertoni Gómez, entre otros.

En medio de libros, bocetos, proyectos, dummies y papeles, la conversación se desarrolla en un ambiente relajado frente a su escritorio y su computadora, en la cual esperan impacientes los textos que muy pronto integrarán sus próximas obras.


¿Cuál fue la razón para que decidieras estudiar en Francia?
-Provengo de una familia de fabricantes de muebles de madera, mi madre insistía en que fuera administrador de empresas para que me quedara como gerente general de la fábrica que mi padre había fundado allá por 1964. En 1979, era el gerente de ventas de la empresa, con apenas 19 años y controlaba el sureste de la república desde Guerrero hasta Quintana Roo. Pero percibía que el plástico empezaba a posicionarse fuertemente en el mercado y nuestras hieleras de madera se estaban quedando fuera de competencia. Planteo amortizar una fábrica de hieleras de plástico en 5 años, y mi madre se opone argumentando que la madera era nuestro fuerte. Así decido salir del país, e irme a Francia a estudiar el idioma.

¿En qué momento de tu vida decides ser poeta y por qué?
-Estudiaba en la Facultad de Filosofía de Besançon, Francia, cuando decido dedicarme a la poesía. Venía secretamente escribiendo textos que después leía a mis amigos Óscar Daza Méndez (pintor venezolano) y Ameth (doctor en literatura Inglesa de origen marroquí), en las noches de juerga. Ellos fueron los que me alentaron a seguir escribiendo. Recuerdo que el rompimiento con la familia ya se había dado desde que les dije que iba estudiar filosofía, pero ahora poeta, a mi madre le iba a dar un infarto. Recuerdo que ese día me fui a la facultad de Filosofía, tenía un examen sobre El Principio de la Razón de Martín Heidegger y le dije al maestro que me disculpara pero que no iba a hacer el examen porque: "Aquel que desprecia el pan seco que la razón le da, es porque comparte en secreto la mesa de los dioses…" me despedí y no volví a poner un pie en la Facultad de filosofía.

¿Cuál es la mejor experiencia que te deja tu estancia en Francia?
-El haberme nutrido desde muy joven de escritores como Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Víctor Hugo, René Char, entre otros. El haber conocido su cultura, su cocina, sus vinos y su gente. Y sobre todo, el convivir con otras culturas como la italiana, española, griega, alemana, por la cercanía geográfica que presenta Europa. Fueron cinco años muy importantes para mi formación.

¿Cómo ha influido en tu vocación literaria el haber nacido en Chiapas?
-Esa influencia la adquirí más tarde. Cuando tomo conciencia de que Chiapas, al igual que Oaxaca con la pintura, es un estado donde hay una tradición poética muy importante. Y donde antes de sentirte Juan Camaney, tienes que pensar en Rodulfo Figueroa, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Efraín Bartolomé, que son los pilares del templo de la poesía en Chiapas.

Háblanos un poco de esa tradición poética en Chiapas.
-Hace unos meses escribí un artículo al respecto, o mejor dicho, algunas reflexiones que posiblemente después formaran parte de un libro. El Popol Vuh nos dice “…todas las artes les fueron enseñados a Hunbatz y Hunchoué, los hijos de Hun-Hunahpu. Era flautistas, cantores, tiradores de cerbatana, pintores, escultores, joyeros, plateros…” Esto quiere decir, que nuestros antepasados fueron educados en el arte. Los españoles que llegaron a nuestro Estado venían de la Baja Andalucía, del antiguo reino de Sevilla. Basta con echar una mirada a La Pila de Chiapa, a las techumbres de nuestras iglesias de esa época, la carpintería, y nos daremos cuenta que el estilo mudéjar (árabe) está presente. La poesía pasó a España en parte gracias a los árabes y por eso los mejores poetas que ha dado esa tierra, en su mayoría son andaluces: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Hinojosa, etc. Esta mezcla de indígena con andaluz, dio como resultado que nuestros poetas sean de gran temperamento y sensibilidad. Pero queda una duda, por qué hasta el siglo XIX y XX aparece esta pléyade de poetas como Rodulfo Figueroa, Jaime Sabines, Rosario Castellanos, Efraín Bartolomé, por nombrar algunos. No debemos olvidar que primero tomó muchos años aprender la nueva lengua que trajeron los conquistadores. Por eso las primeras manifestaciones del arte se dieron más bien en la escultura y en la pintura del siglo XVII y XVIII, como Andrés Mazariegos (un mulato de Venustiano Carranza que estudió en San Carlos Guatemala, pintó en San Cristóbal, México y murió en Francia), porque el lenguaje escrito no era necesario. Tuvieron que transcurrir muchos años más para que la lengua empezara a fluir en las venas del primer poeta tapachulteco, Fray Matías de Córdova y su fantástico poema escrito en 1809: La Tentativa del León y el Éxito de su Empresa y posteriormente apareciera el vate de Cintalapa, Rodulfo Figueroa. Y luego la pléyade de poetas que ya mencionamos.

¿Cuándo empezaste a publicar?
-Cometí el error de publicar muy joven. En esa soledad de un exilio voluntario que viví en el extranjero, le quería gritar al mundo: ¡Aquí estoy y soy poeta! Entonces tomé la decisión de publicar una plaquette de poemas con una galería que se llamaba "Le Fórum d Artemis", sin consultar a gente con experiencia como mi maestro Díaz Rosoto. Y que luego me llamó la atención. Pero tuve la fortuna de que un diario de la región, L'Est Republicain, hablara de mi poesía y me sentí grandioso a mis 21 años. Luego viviendo en Paris publiqué otra plaquette y una radio de esa ciudad me hizo una entrevista y bueno, para un joven tuxtleco, era la panacea. Luego vinieron los premios, las becas y tarde comprendí que cometí un error al publicar muy joven.

¿Cuáles son los motivos para que no hayas publicado poesía durante un largo periodo?
-La conciencia de los grandes maestros que tenía en casa. Me dio pena, y decidí guardarme. Buscar mi propia voz dentro del Cañón del Sumidero, ahí donde reza una oración: "Oh, Hermano, has venido a un lugar de mucho peligro y de mucho trabajo y espanto, donde está una barranca profundísima que cuando cae uno en ella, ya nadie puede salir".

¿En qué proyecto poético estás trabajando?
-Estoy por terminar un proyecto en el cual llevo varios años. Intento plasmar las impresiones de mis viajes a ciertos lugares maravillosos y poco frecuentados de Chiapas. Por ejemplo: El Triunfo, Ixcan, Kak Balam, Naha, El Sótano de la Lucha, Yaxchilán. Este año lo cierro con el Paraje Romano, la montería de la familia Romano en el corazón de la selva de Montes Azules. De cada viaje he escrito poemas relacionados con el lugar y estos escritos conforman un libro que pretende Llamarse: Viaje a los últimos refugios del alma. También he comenzado a escribir un libro que toda mi vida he tenido ganas de hacer, un libro relacionado con el amor.

¿Qué te ha dado la poesía?
-Esta pregunta siempre me recuerda aquellos versos del poeta Efraín Bartolomé que dicen: "Todo me lo ha dado la poesía: el paisaje, la Luna, los vientres de las hembras más hermosas… el sol, las flores, el silencio y la lluvia… Y yo no supe qué hacer con todo aquello además de asombrarme… Y cantar…. Y agradecer".

Creo que otra de tus pasiones es la historia del arte. Hace tiempo publicaste un libro sobre la historia pictórica en Chiapas. ¿Cómo surge esta obra?
-A mi regreso a Tuxtla en 1987, me doy cuenta de que no contábamos con un libro que hablara sobre el arte en Chiapas; sobre todo del período de la Colonia hasta nuestros días. Y un buen día Javier Espinosa Mandujano, director del entonces Instituto Chiapaneco de Cultura, me mandó a llamar para que hiciéramos un libro sobre las obras maestras del Arte Colonial en Chiapas. Pero por azares del destino ese proyecto no se concretó. Decido continuar el proyecto de manera personal escribiendo sobre los pintores contemporáneos de Chiapas, que eran amigos o conocidos y que por lo tanto, me facilitaron material de sus obras. Un año más tarde, ya estaba trabajando en el siglo XIX; está parte fue muy difícil ya que todo estaba enterrado y hubo necesidad de consultar hemerotecas, visitar bibliotecas, hablar con cronistas y así fui desenterrando poco a poco a estos artistas valiosos originarios de San Cristóbal de Las Casas, Venustiano Carranza, Comitán. Pero la edición vio la luz hasta el año 2000, gracias a Martha Alaminos y sobre todo, al rector de ese entonces de la UNICACH, Cuauhtémoc López Sánchez, que hicieron posible la edición del libro Pintura y Escultura de Chiapas 1545-2000. Actualmente trabajo en el proyecto de un libro sobre la Vida y Obra de Reynaldo Velázquez.

De no ser poeta, ¿qué oficio te habría gustado desempeñar y por qué?
-Quizá merolico o vendedor callejero, porque desde niño en casa siempre se hablada de las ventas; hay que vender a nivel nacional, decía mi madre. Recuerdo que iba por largas temporadas a la Bahía de Paredón, en la costa del estado y por las tardes, los pescadores sacaban sus redes del mar y yo recogía pescaditos vivos que ponía en cocos llenos de agua de mar; luego los vendía a los escasos turistas que llegaban. También en alguna parte escribí:

Vendo hieleras, seguros de vida,
muñecas inflables, largos cirios.
Vendo la cena para los crédulos,
muros para lapidar al ignorante.
Cambio la rueda de la fortuna por hollín,
el caballito del genio por el canto.
Remato la casa del mar ... el ancho mar
.


¿Cuál es tu poema favorito y porqué?
-Es difícil contestar esta pregunta porque no tengo un poema favorito, sino varios: por ejemplo, "Lamentación de Dido", de Rosario Castellanos; "Fuego en Voz Alta para Encender la Primavera", de Efraín Bartolomé; "El Coloquio de los Centauros" de Rubén Darío; los sonetos de "La Belleza" y "El Gato" de Baudelaire; el poema "Genio" de Rimbaud; "La Joven Parca" de Paul Valery; "Primero Sueño" de Sor Juana; "Sueño y Vigilia" de Díaz Mirón; "Piedra de Sol" de Octavio Paz; "La Bella dama sin Piedad" de John Keats; "Golpe de Dados" de Mallarmé; "La muerte del Mayor Sabines", en fin, son algunos que me vienen a la mente en estos momentos. El por qué, es sencillo, porque estos poemas representan para mí, el momento más alto poéticamente hablando, en la vida de estos escritores.

¿Cuál es tu mayor sueño como creador?
-Poder vivir de mi pluma. Eso sería fantástico, porque siempre tiene uno que hacer otra cosa para poder vivir decentemente. En mi caso he trabajado por años la impresión editorial: imprimo libros, revistas, periódicos, papelería, etc. A veces he pensado imprimir dólares, pero me rajo. No me vaya a pasar lo del Duanero Rousseau que al final de sus días pintaba billetes (francos) y lo metieron a la cárcel por falsificador. Mejor me quedo como estoy, esperando sacarme la lotería: ¡Puta, eso sí sería un buen sueño!

martes, 23 de junio de 2009

entrevistas / Caracol de la palabra: René Morales


La poesía y el encuentro "Carruaje de pájaros"

.....................Por: Enrique Hidalgo Mellanes


René Morales es el organizador del Encuentro Mesoamericano de Poesía "Carruaje de pájaros" 2009 donde intervendrán poetas y editores de México y Centroamérica. Esta actividad poética será durante los días 26 y 27 de junio en el Centro Cultural "La Catrina", ubicado en Francisco I. Madero número 35 esquina con avenida Josefa Ortiz de Domínguez, Centro histórico, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.

A unos días de este encuentro, tuve oportunidad de charlar con el poeta quien relata parte de su experiencia en el oficio de la poesía así como algunos detalles del Carruaje.


Me interesa que usted me platique ¿Cómo se debe vivir la poesía?
-La poesía desde mi punto de vista no es una opción de vida sino una cuestión ontológica del ser, digamos pues que todos estamos inmersos en un mundo puramente poético, el lenguaje es la mayor prueba de esto. Desde mi opinión, la poesía la vivimos todos los días y ha estado desde el principio en que “el árbol se llamó árbol” y estará con nosotros en el último momento.


¿Cuál es la relación entre experiencia cotidiana y poesía?
-Pues de la misma manera en que nos olvidamos de la importancia que hay detrás del acto de respirar de ese mismo modo nos olvidamos de la importancia que hay detrás del lenguaje y de su carácter renovador. Así como el impulso poético que hace brotar nuevas épocas y cambia la realidad para siempre. Hay, por lo tanto, diferencias mínimas entre al experiencia poética y la experiencia cotidiana. Pareciera más bien que lo “cotidiano” tuviera algo que ver con los cambios de vida que se han hecho en los últimos trescientos años por los cambios drásticos en los medios de producción capitalista y que tanto han afectado el modo en que un hombre se desenvuelve en la vida diaria.


¿Según su experiencia literaria y vital, ¿quiénes son los poetas que le agradan?
-Antes que nada quiero decir que la poesía actual desde hace un par de décadas ha roto con el verso métrico. Por lo tanto, desde mi opinión, desde James Joyce hasta nuestros días la poesía puede ser encontrada en cualquier texto, ya que ahora pareciera un impulso revelador y no una estructura. De este modo podemos decir que la poesía desde hace mucho se había vuelto un término postmoderno. Por otro lado, no podría decir que poetas me gustan porque eso en cierto sentido me obligaría a decir quienes me disgustan, volviéndome una autoridad en el tema que por cierto jamás he querido ser.


¿Por qué convoca usted a las y los poetas para invocar al gran canto poético?
-Pues al mundo sobre todo ahora le hace falta poesía y fiestas que celebren la vida por el simple hecho de estar aquí. Creo que la obligación de la poesía -si tiene alguna obligación- es la de poner en tela de juicio la realidad, la formación del estado crítico y la solución del mismo si es que se permite decir tal cosa. Una noche de poesía será mejor que una noche sin ella, una noche de poesía puede cambiarle la vida alguien a quien sea, no nos importa.


¿Quiénes vienen? ¿Cuál es el espíritu de este encuentro?
-El cartel es muy variado y cuenta con voces muy importantes del estado, así como poetas recomendados por la Asociación de Escritores de México, los cuales nos visitan de distintas partes del país. Este evento piensa en ir más allá de sus fronteras. Contaremos con las visitas de los poetas guatemaltecos Rosa María Chávez, Manuel Tzoc; el poeta salvadoreño Pablo Benítez y su homólogo nicaragüense: Gema Santamaría. Cabe destacar que viene desde Colombia el poeta consagrado Ricardo León Peña Villa. Así que el cartel es muy variado y se avecina una buena fiesta de buenos amigos.

viernes, 19 de junio de 2009

entrevistas / Caracol de la palabra: Monserrat Hawayek



Tee, novela de Montserrat Hawayet es fiesta de los sentidos

................Por: Enrique Hidalgo Mellanes


El premio nacional de novela breve "Rosario Castellanos" convocado por el Coneculta-Chiapas tiene el reconocimiento de la comunidad literaria de México. Las obras ganadoras son de propuestas narrativas tal y como se demuestran en sus correspondientes publicaciones. Estas obras galardonas, hasta el momento son: Andrés y Diego en la Muerte de Frida (1997) de Rafael Gaona; 1998 (desierto); Devastación (1999) de Guadalupe Ángeles; El Diario de la Riva (2000) de José Martínez Torres; Túnel (2001) escrita por Ricardo García Manau; La Nena y el Mar (2002) de Antonio Malpica Maury; Los elementos del Jazz (2003) de Antonio Malpica Maury; Aún corre sangre por las avenidas (2004) Héctor Cortés Mandujano; Nuevo México (2005) de Mauricio Alvarado; Tee (2006), de Montserrat Hawayek; ¿Y tú qué vas a hacer con tu millón? (2007), de Andrés Antonio Torres Scott y El diablo gitano (2008), de Mauricio Alvarado.

El jurado calificador de la convocatoria 2006 se integró por los escritores Álvaro Enrique Soler, Fabricio Mejía Madrid y Mauricio Montiel quienes decidieron, por unanimidad, conceder el Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos a este texto literario. El jurado describió que “la obra posee una voz narrativa original y propia, que responde a los requerimientos de la historia que relata”.

La ganadora de este premio nació en México Distrito Federal el 14 de octubre de 1968. En 2004 obtuvo la beca Jóvenes Creadores para Novela que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes teniendo como tutor a Rafael Ramírez Heredia, mejor conocido como "El Rayo Macoy".

Antes que viniera a Chiapas y a unas horas de enterarse que era la ganadora la entrevisté para la radio de Chiapas. Esta en una versión del diálogo del día 21 de julio del 2006.


La escritora

-Monserrat, tu nombre como escritora es nuevo en el sureste México. Platícame de tu decisión en adquirir el oficio de literario.
-Mi decisión para adquirir el oficio literario obedece a la necesidad de contestarme muchas preguntas. He ejercido el oficio de escribir por encargo durante mucho tiempo haciendo periodismo escrito y guión para televisión, pero generalmente el escribir por encargo tiene sus limitaciones y hacer ficción fue liberador y distinto. Esencialmente había preguntas dentro de mí que no podía responder. Pondré una cita textual de un autor al que admiro mucho y que abunda en como me siento respecto a la escritura. Haruki Murakami dice en una de sus novelas: “Soy de ese tipo de personas que no acaba de comprender bien las cosas hasta que las pone por escrito” Yo me siento igual.

-Uno es producto de muchas lecturas y vivencias. ¿Qué escritores y obras te acompañan en tu creación narrativa?
-Acabo de hacer una tarea en mi taller con esta pregunta, te la pongo textual. Los autores que me han acompañado como amores antiguos son (durante la adolescencia): Ibsen, Julio Cortazar, Albert Camus, Jorge Ibarguengoitia, Joseph Conrad, Charlotte Bronte, Shakespeare, Bukowski.

También me acompañan los “destellos de fascinación”: Fernando Vallejo (La Virgen de Los Sicarios), Elfriede Jelinek (La Pianista), José Saramago (El Hombre Duplicado, El Evangelio Según Jesucristo, Memorial del Convento), Alessandro Baricco (Seda), Coetzee (Desgracia) y Orhan Pamuk (El astrólogo, The New Life, Me llamo Rojo).

Los más cercanos a lo que yo quise hacer en Tee (la novela que gana el Premio Rosario Castellanos 2006) y a mi literatura: Haruki Murakami (Sputnik Mi Amor, Al Sur de La Frontera al Oeste del Horizonte, Tokio Blues), Jeffrey Eugenides (Middlesex) y Marie Darrieussecq (El Nacimiento de Los Fantasmas).

-Rafael Ramírez Heredia es uno de los mejores novelistas y tú tomaste talleres con él. ¿Qué significó para ti permanecer por un tiempo bajo la mirada y la palabra del autor de La mara y El corsario de Salgari?
-Tee es un proyecto que ganó beca del FONCA de jóvenes creadores durante 2003-2004 y Rafael Ramírez Heredia fue mi tutor. Trabajar con el fue un placer. Es un ser muy vital, exigente y con muchas vivencias. Fue interesante trabajar con él porque en ese momento recién terminaba el libro de La Mara y compartió con nosotros parte de las experiencias que tuvo en el territorio de los Maras. En cuanto al significado que tuvo para mi trabajar con él, te puedo decir que lo más enriquecedor fue ver la manera en que el trabaja. Es obsesivo y dedica muchas horas del día a su escritura. Quizás al verlo trabajar me di cuenta de que este es un oficio difícil en cuanto al compromiso que exige. Entre más se difunde tu obra más exigencia editorial existe. Tienes que hacer malabares para escribir, hacer promoción de los libros y vivir tu vida que es lo que alimenta tu literatura.


La novela
-Tu novela Tee ganó el Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos. Platícame, por favor de esta novela. ¿Cómo la construyes? ¿Qué narras?
-Mi novela se llama Tee. Te platico un poco. Tee es la historia de un narrador que al construir a su personaje se enamora de ella y siente celos de lo que va ocurriendo en la vida de su creación. El personaje principal es Guinea, una catadora de té y esta historia refleja su obsesión con los olores, un hombre y posteriormente su relación con otra mujer. Habla de algunos temas que me interesan: los sentidos y lo perceptual, la soledad y los problemas de género.

-¿Cuáles son las complicaciones y gozos para escribir esta novela? Tu nombre queda muy cercano al de Rosario Castellanos. ¿Qué significa para ti ésta cercanía?
Los gozos de escribir esta novela han sido: a nivel externo, ganar la beca de Jóvenes Creadores de FONCA con el proyecto y como premio mayor obtener el Rosario Castellanos de Novela Breve 2006 desde luego. A nivel interno el mayor gozo ha sido responder las preguntas que tenía al pensar esta historia. Complicaciones, solo las que entrañan todo proceso creativo y que tienen que ver con mantener el ánimo, creer en tu novela, ser honesto en lo que escribes y tenaz. Yo lo resumo en ser lo suficientemente obsesiva para llevar a las últimas consecuencias la obsesión de tu novela.

Mi nombre queda aún a años luz de Rosario Castellanos, pero ganar el premio que lleva su nombre con una primera novela sin duda es un buen comienzo.

-¿Qué esperas encontrar en Comitán, Balún Canán, en la tierra de Rosario Castellanos?
-La fiesta para los sentidos que es tu estado, Chiapas. Para donde voltees hay algo bello que ver, algo rico para oler o probar, y algo divertido que escuchar.

martes, 9 de junio de 2009

entrevistas / Caracol de la palabra: Otto Raúl González



A partir del 9 de junio, semanalmente daremos a conocer una serie de entrevistas que el poeta y periodista cultural Enrique Hidalgo Mellanes (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1967) a lo largo de su carrera, ha realizado a creadores literarios de diversas latitudes. En esta ocasión, tuvo oportunidad de entrevistar a uno de los descendientes del ya extinto Otto Raúl González (1921-2007) poeta guatemalteco cuyas letras trascendieron, sin duda, todo tipo de fronteras.


OTTO RAÚL GONZÁLEZ.
PREMIO DE POESÍA JAIME SABINES 1989


.......................PPor: Enrique Hidalgo Mellanes


Otto-Raúl González nació en la ciudad de Guatemala el 10 de enero de 1921. En 1994, llega México como cónsul de su país natal; posteriormente es catedrático de la Licenciatura de Derecho de la Universidad Autónoma de México. Fue fundador de la revista Acento de la UNAM.

Su obra está traducida en varios idiomas; entre sus libros de poesía sobresalen: Para quienes gustan oír caer la lluvia sobre el tejado, 1962; Cuchillo de caza, 1964; Diez colores nuevos, 1967; Poesía fundamental, 1974; El hombre de las lámparas celestes, 1979; Palidromagia, 1983; entre otros.

En el terreno de la narrativa, destaca su novela Diario de Leona Vicario, 1982. Obtuvo varios galardones, entre los que se cuentan: el Premio de Poesía Quetzal de Oro, Guatemala, 1974; el Premio Nacional de Poesía de Baja California, 1979; y en 1989, el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines con el poemario El conejo de las orejas en reposo. El poeta Otto-Raúl González falleció en el 2007.

El día de la entrega del Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines 1989 tuvimos una breve charla. Acordamos que lo entrevistaría en la ciudad de México. Ese posible encuentro se fue extendiendo hasta que me enteré de su muerte. En 2008 contacté a su hijo, Otto Raúl González II y en abril de 2009, él recuerda a su padre, el poeta.


Evocación del presente

¿Cómo vivió la poesía don Otto Raúl González?
La vivió siempre en forma apasionada, total. Mi padre consideró siempre que él nació para escribir poesía; haberse casado y tener hijos lo complementaban como hombre, como ser humano. Pero él fue poeta, vivió poeta y murió siendo poeta antes que cualquier otra cosa. Él entendió a la poesía como un medio de expresar las cosas buenas y las cosas malas que vive la gente, la sociedad, el pueblo de cada rincón de este mundo.

¿Dónde leía?, ¿Cuáles eran sus autores favoritos?
Uno de sus sueños cumplidos fue crear su biblioteca y vivir en ella y para ella. Durante años, luchando por sacar a flote a sus seis hijos –siempre con el apoyo de Haydée, mi madre- fue construyendo poco a poco este patrimonio y finalmente logró construir en el piso superior de nuestra casa su espacio, su estudio, su rincón favorito, su biblioteca.

Ahí subía -tras desayunar, siempre frugalmente, con nosotros- a escribir y a leer todo el día; pena nos daba interrumpirlo para algo tan prosaico como comer o cenar. Él, a veces, prefería hacer los dos tiempos (comida y cena) en uno solo para no bajar dos veces. Era feliz allá arriba devorando siempre revistas de literatura (Alforja, Letras Libres, El universo del búho, o ediciones de poetas jóvenes o releyendo a autores que le atrajeron mucho como Aldous Huxley (me recomendó leer la maravillosa novela Contrapunto de este autor ingles) y Anatole France. Además le gustó mucho la obra de Laura Restrepo.

¿Qué le asombraba de la vida?
La fuerza de la vida. Un claro ejemplo de su asombro por la supervivencia de la vida se dio cuando una vez en que tuvimos que pedirle a las autoridades estatales de protección al ambiente que talaran una frondosa jacaranda que amenazaba con tirar banquetas, cables y postes aledaños. Y éstas lo hicieron dejando solo un tronco inerte. Mi padre con una sonrisa triunfal me llamó pocos días después y me dijo: “Mira, mira cómo viene ya naciendo una rama nueva en el tronco. Nada puede detener el empuje de la vida, las ganas de vivir...” y estaba realmente contento.


La poesía y el poeta

¿Cómo vivió el poeta Otto Raúl González?

Con una congruencia absoluta con su vida y su obra. Nunca dejó de escribir en contra de las injusticias de los poderosos, en contra del pueblo indefenso, sus poemas siempre mantuvieron carácter social, compromiso... en la otra faceta, en la del amor y la vida nunca cesó de halagar a la mujer y la obra de la naturaleza.

Su papá escribió 40 libros de poesía. ¿Por cuáles de ellos él tenía preferencias? ¿Cuál prefiere usted?
Indudablemente Voz y voto del geranio, su primer libro, es una obra que siempre le produjo orgullo, pues fue ésta, uno de los detonantes para el cambio político-social que intentó vivir Guatemala allá por la mitad del siglo pasado; luego, con el correr de los años, sus favoritos incluyeron dos obras más: Diez colores nuevos (poemario que tiene ya, más de 40 ediciones y reediciones, “incluyendo las piratas”, como él solía decir alegremente) y Oratorio del maíz, Premio Olímpico en 1968, por cierto. Yo en lo particular coincido con mi padre en esta selección donde sólo aumentaría uno que es un clásico y que, desgraciadamente (como casi toda su obra) fue publicado con un tiraje mínimo y triste: se trata de un poemario titulado Para quienes gustan oír caer la lluvia sobre el tejado que reúne sus bellísimos poemas ideográficos o caligramas como también son conocidos.

En 1989, don Otto Raúl González ganó el premio de poesía Jaime Sabines con el libro El conejo de las orejas en reposo. ¿Sabe usted cómo se escribió este libro?
El conejo con las orejas en reposo representa la esencia de mí Otto-Raúl González como creador, como poeta pleno. En este libro mi padre vierte todo su amor por el mundo maya –recuerdo en este instante que el siempre “presumió” ser descendiente de Tecún Umán, gran señor Guatemala- describe en él todo el entorno mágico en que se desarrolló esta civilización: su historia, sus conocimientos, su gente.

Es un libro del que él particularmente se sentía orgulloso. No fue escrito ex profeso para concursar en el Premio Jaime Sabines (que finalmente ganó) sino que fue una bella colección de obra inédita donde descubrió –contento- que tenía esa unidad temática que finalmente es parte de toda su obra: el hombre, su historia y su entorno.

¿Qué pensaba él del otro poeta, Jaime Sabines?
Cuando –en compañía de mi madre y mía- mi padre viajó a recibir el Premio Jaime Sabines, nos platicó que conocía al autor de Horal, desde los días universitarios en Mascarones, en la Ciudad de México allá en la década de los 40, aunque nunca establecieron una relación o una amistad y que ahora sería una oportunidad magnifica para iniciarla. Sabines enfermó. Nosotros regresamos a la capital y nuevamente el acercamiento quedaría para otra ocasión. Aunque mi padre prefirió siempre las formas clásicas como el soneto, las liras o las octavas, le agradaba mucho la poesía de Sabines, solía recomendar su lectura a sus jóvenes pupilos pues consideraba que a través de las líneas del autor chiapaneco se lograba una inmejorable entrada al mundo de la poesía.

Artes poéticas

Revista La Otra